miércoles, 27 de febrero de 2013

6. Pinocho se duerme sobre el brasero



Jaime Ballester (2013)

Este breve capítulo continúa desarrollando el tema del capítulo anterior. Pinocho, sin padre y sin grillo, sin lazo que le una a nadie ni responsabilidad alguna, es dueño de una casa vacía. En el lugar al que él ha querido ir no hay nada que le satisfaga.

La necesidad natural, el hambre, consume toda la atención de Pinocho, reclama todas sus fuerzas y posibilidades. Nada queda de aquel mundo maravilloso de diversión y gozo que buscaba. Nada. Ni siquiera el recuerdo. Persiste, eso sí, la sentencia y la realidad del grillo. No encuentra el bien en el mundo porque él no ha sabido dirigirse adecuadamente; y, ya lo vimos, reconocer la culpa, asumir el error, no resuelve la situación en la que se está. No siempre. No automáticamente, al menos.

martes, 19 de febrero de 2013

5. Pinocho tiene hambre

Jaime Ballester (2013)


Pinocho ha decidido vivir la vida tal como le vaya apeteciendo:

«comer, beber, dormir, divertirme y llevar, de la mañana a la noche, la vida del vagabundo».

Se trata de una vida que está regida por el instante, por la inmediatez. Estos rasgos, ya lo vimos, aproximan a quien camina así por el por el mundo a la vida animal y, al tratarse de un hombre, eso supone estar en un nivel que no le corresponde. Supone una vida en la que la acción no brota de un principio interno (porque el interior ha quedado vacío), sino que es arrancada desde fuera, como ocurre con las marionetas.

martes, 12 de febrero de 2013

4.4. Verdad y muerte del Grillo-parlante


Jaime Ballester (2013)

A lo largo de la vida atravesamos diversos momentos. Cada etapa ofrece diversas posibilidades, plantea nuevos retos. Cumplir con la tarea específica de cada época de la vida es lo que nos hace madurar y disfrutar de una vida, la nuestra, que se desarrolla hacia cotas crecientes de plenitud.

Esto es básico, por eso se ve con claridad. Es profundo, por eso se entiende fácilmente. Si Pinocho fuese sólo razón, aceptaría la enseñanza esencial sobre la vida que le ofrece el grillo. Si el hombre fuese sólo inteligencia, no habría nada más que decir, ya estaría todo resuelto.

lunes, 11 de febrero de 2013

Prólogo a "La mujer pobre" de Léon Bloy


Prólogo a Léon Bloy, La mujer pobre, Introducción, traducción y notas de Manuel Ballester, 2013, versión digital disponible en amazon.es

No faltan autores que subrayan lo que de todos es sabido: que “las vidas son los ríos que van a dar a la mar”. Todos los afanes, ilusiones, esperanzas, actos y amores acabaran un día. Todo pasará. No quedará nada. Nada.

León Bloy es consciente también, y sobre todo, de que la eternidad está siempre a la escucha, tiene oído fino y retiene hasta los más leves susurros del tiempo. Todo queda. Nada es omitido. Nada.

martes, 5 de febrero de 2013

4.3. Una gran verdad



Jaime Ballester (2013)

«- No me iré de aquí, respondió el grillo, sin antes haberte dicho una gran verdad.
-          Dímela y termina de una vez.
- ¡Ay de los niños que se rebelan contra sus padres y abandonan caprichosamente la casa paterna! No conseguirán nada bueno en este mundo y, tarde o temprano, tendrán que arrepentirse amargamente».

Esta es la gran verdad que tiene que decir el grillo. Es lo primero que oye Pinocho tras comenzar a andar por el mundo, tras su primera trastada. Se anuncia como una gran verdad sobre la vida. Es importante darse cuenta de que no es una ñoñería ni moralina sensiblera. Es una verdad esencial sobre la vida, aunque puede entenderse torpemente.