domingo, 30 de junio de 2013

Grandeza



«La esencia de la grandeza consiste en percibir que la propia virtud es suficiente»

Emerson, El heroísmo.

sábado, 29 de junio de 2013

El dinero público, gone with the wind









A Dios pongo por testigo de que no volveré a pasar hambre.

Pertenezco a una generación a la que Escarlata O’Hara puso los pelos como escarpias con esas palabras. En pantalla grande, que aquello no cabía en una sesión de sobremesa ¡Qué fuerza, qué nervio, oiga!

Argumento sólido, puesta en escena magnífica, actores de primera: había que ver a Vivien Leigh y a Clark Gable dándole la réplica. No obstante, no me extrañaría que los yanquis, esos insensibles liberales, no les hubieran dado ninguna subvención.

viernes, 28 de junio de 2013

jueves, 27 de junio de 2013

14.3. En manos de los asesinos

Jaime Ballester (2013)



El mal imaginario es fácilmente vencido en la imaginación, pero esas victorias no nos hacen más fuertes. Todo lo contrario.

Sólo enfrentarse a las dificultades de la vida real nos hace madurar y nos proporciona la alegre esperanza de sentirnos dueños de nuestro destino porque de verdad nos sabemos capaces de responder adecuadamente a lo que pueda ocurrir.

Al inmaduro le ocurre, por el contrario que, de pronto le sorprende y golpea la realidad. Así, aquellos asesinos que no existían, se hacen presentes:
«Están aquí de verdad; Eccoli davvero».

lunes, 24 de junio de 2013

Resentimiento


«El hombre resentido amó primeramente las cosas que ahora se halla en estado de odiar, las cuales irradian secundariamente ahora tan sólo el odio de su no posesión o de su impotencia para lograrlas»

M.Scheler, Ordo amoris.

sábado, 22 de junio de 2013

Felicidad-coherencia



El hombre «quiere ser feliz sin vivir de la manera en que podría serlo; Beatus quippe vult esse, etiam non sic vivendo ut possit esse»

Agustín de Hipona, La ciudad de Dios

Wert, el osado


Tras haber relatado el mito de Theuth, el dios egipcio inventor de las letras, Socrátes se dirige a Fedro con estas palabras: «según se dice que se decía en el templo de Zeus de Dodona, las primeras palabras proféticas provenían de una encina. Pues los hombres de entonces, como no eran sabios como vosotros los modernos, tenían tal ingenuidad que se conformaban con oír a una encina o a una roca, sólo con que dijesen la verdad. Sin embargo, para vosotros la cosa es diferente, según quién sea el que hable y de dónde. Pues no os fijáis únicamente en si lo que dice es así o de otra manera». ¡Qué ingenuos aparecen los antiguos ante los avispadillos modernos! Porque no es lo mismo que los recortes los haga mi partido que el contrario, no. Ni que sea de los míos o de los otros quien dice que la enseñanza está hecha unos zorros.

Es lo que tiene el invento de Theuth. Porque hay, fundamentalmente, dos formas de leer un texto. En una de ellas el lector se esfuerza por desentrañar el contenido del escrito, qué ideas se defienden, si se transmiten como mera afirmación o como fruto de una argumentación y cuestiones de ese tipo. Hay otro modo de lectura en la que el texto aparece como mera excusa, como pretexto, para exhibir los prejuicios del lector: al final (e incluso desde el principio) no sabemos apenas nada del texto, pero a cambio aprendemos mucho sobre el presunto lector.

Que quienes dicen a los cuatro vientos que no cumplirán una sola ley que les impida seguir represaliando a quienes usan el español en España achaquen a Wert que ataca el catalán, no dice nada de la Lomce. Y nada nuevo sobre ellos. Claro que si la ley molesta a estos totalitarios, el lector inteligente podría concluir que, al menos en ese punto, la Lomce no tiene que estar mal del todo. Luego siempre queda la posibilidad de leerla para comprobar o refutar la hipótesis.

viernes, 21 de junio de 2013

Lucha



«Hay ocasiones en que resulta más provechoso luchar y salir derrotado que no ofrecer resistencia alguna»

Orwell, Homenaje a Cataluña