lunes, 1 de diciembre de 2014

Aires nuevos en los institutos



Aires nuevos en los institutos




Manuel Ballester


Hay cosas tan evidentes, tan obvias, que parece mentira que no las veamos hasta que alguien las señala. Después, sí, para siempre claras y todos de acuerdo.

Recuerdo, pongo por caso, siendo yo estudiante en el instituto Floridablanca a un profesor de hablar sosegado que aprovechaba las pausas en la explicación para echar una caladita a uno de los varios cigarros que caían a lo largo de la clase. Los que tienen una cierta edad recordarán eso, recordarán cuando el humo parecía no molestar, ni ser perjudicial para la salud, ni nada. Increíble, ¿verdad?

Quiero señalar un par de evidencias de este tipo.