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sábado, 22 de marzo de 2025

Aquiles, Héctor y Príamo: lágrimas al final de la batalla

 


Aquiles, Héctor y Príamo: lágrimas al final de la batalla

 

 

La ciudad sagrada: Ilión y el inicio de la guerra

En la región de Asia Menor, cerca del estrecho de los Dardanelos, se alza la ciudad fundada por el legendario rey Ílo. Por eso, Homero la llama en su poema la “sagrada Ilión”. También se conoce como Troya, en honor a Tros, otro rey mítico de su linaje.

Bajo el reinado de Príamo, sus hijos Héctor y París marcaron el destino de la ciudad. París “raptó” a Helena, la mujer más hermosa del mundo, desatando la ira de los griegos.

miércoles, 27 de noviembre de 2024

¿Nuestra mayor fortaleza? Aceptar nuestra vulnerabilidad

 



¿Quién no se ha sentido alguna vez incapaz de alcanzar una meta simplemente porque creía que no era lo suficientemente bueno? La autoestima, esa voz interior que nos acompaña en cada paso, juega un papel fundamental en nuestras vidas: es el nombre de moda para referirse a la confianza que cada uno tiene en sus propias posibilidades. Y eso es importante porque (salvo que nos toque la lotería), nadie consigue nada por encima de lo que piensa que puede conseguir.

No obstante, la autoestima cae dentro del ámbito de lo psicológico. Y, al igual que ocurre con la dimensión física, hay gente con mejor o peor constitución psíquica. Y en ambos casos se puede actuar mejorando o empeorando lo que tenemos. Gestionar la percepción de nuestras capacidades y posibilidades requiere esfuerzo, técnicas y constancia, pero está al alcance de todos.

Sobre esa base, quería subrayar algo fundamental: todos tenemos también puntos débiles. Superman tiene su kriptonita, Aquiles su talón y Sansón su melena.

Conocer nuestras fortalezas es clave para desarrollar nuestra autoestima, pero también lo es identificar nuestras vulnerabilidades, aquellas cosas que nos pueden hacer daño.

En el plano físico esas fragilidades son más visibles: una persona saludable y fuerte puede tener alergias, enfermedades o alguna lesión que debe cuidar. Saberlo y actuar en consecuencia evita que un descuido o la influencia de otros lo pongan en peligro.

Lo mismo ocurre en el plano psicológico e incluso moral. Reconocer nuestras limitaciones no nos debilita, sino que nos da herramientas para protegernos y crecer con más solidez. No se trata sólo de ser fuertes, sino de ser sabios respecto a nuestras propias kriptonitas.

Al aceptar nuestras vulnerabilidades, no sólo fortalecemos nuestra autoestima, sino que también nos abrimos a nuevas posibilidades y experiencias. Nuestras vulnerabilidades son parte de lo que nos hace humanos. Al abrazarlas y gestionarlas, podemos vivir una vida más plena y auténtica.