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Jaime Ballester (2013) |
Al mentir al Hada, Pinocho deforma su auténtico ser. El
cuerpo se niega a ser solidario con el engaño. Su rostro se desfigura con una
enorme nariz que no para de crecer y le impide escabullirse.
Pinocho llora de vergüenza y angustia. Y el Hada lo deja así
mucho tiempo, permite que se acerque a la desesperación, «para darle una severa
lección y para corregirle el feo vicio de decir mentiras, el vicio más feo que
puede tener un niño». En el capítulo 8 vimos una situación parecida y una
actitud similar por parte de Geppetto. Hay quienes intentan aprovecharse de
Pinocho, robarle e incluso matarlo, pero sólo el Hada y Geppetto lo conducen al
horror de la desesperación. Ante ellos y sólo ante ellos, Pinocho experimenta la
posibilidad de una pérdida total.