domingo, 21 de enero de 2018

Entre el estrés y el sosiego

 


 

El ambiente cultural que respiramos se deja caracterizar con la célebre lema de la cultura pop “Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver; Live fast, die young, and leave a good-looking corpse”.

Desde esa perspectiva no se entiende que el héroe de la Odisea renunciara a la inmortalidad y a la compañía de una diosa para regresar a una vida mundana con su familia. Ulises deja eso, abandona la isla y la diosa porque, dice, quería ser hombre, envejecer, vivir una vida cargada de días y afanes, y volver a casa, con su mujer y su hijo, con su familia.

Ulises vive intensamente, que no es vivir rápido y con estrés, se las ingenia para esquivar la muerte y ve la belleza de la vejez y la grandeza de las cicatrices, que son recuerdos grabados en la piel.

 

Algo de esto le entiendo a Vargas Llosa cuando, en su obra La civilización del espectáculo, critica la búsqueda de gratificación instantánea que define nuestro entorno cultural. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

 

«En nuestros días el consumo masivo de marihuana, cocaína, éxtasis, crack, heroína, etcétera, responde a un entorno cultural que empuja a hombres y mujeres a la busca de placeres fáciles y rápidos, que los inmunicen contra la preocupación y la responsabilidad, en lugar del encuentro consigo mismos a través de la reflexión y la introspección, actividades eminentemente intelectuales que a la cultura veleidosa y lúdica le resultan aburridas».

 

En mi opinión, estas palabras de Vargas Llosa concuerdan con la elección de Ulises, invitándonos a reconsiderar lo que valoramos y cómo vivimos nuestras vidas. ¿Optamos por el placer fugaz o por el enriquecimiento duradero que ofrece una vida reflexiva?

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