La Odisea es una
obra muy rica, casi una novela de aventuras o, más precisamente, un relato
sobre la aventura de la vida.
Ahí aparece, si sabemos leerla, el conjunto de problemas que
pueden surgir en la vida, las actitudes que podemos adoptar ante las
dificultades y, por supuesto, las estrategias que llevan al desastre o al éxito.
No es un relato facilón: la vida es cosa seria y eso
significa que podemos fracasar existencialmente, ya sea por torpeza nuestra,
por no saber navegar con el viento en contra, o por la maldad o ineptitud de
otros.
Para los griegos, La
Odisea era un relato formativo. Ahí aprendieron qué significa ser humano y
qué actitudes nos alejan de la humanidad. Así transmitieron lo mejor que habían
aprendido, para que sus hijos no tuvieran que escarmentar en cabeza ajena. Puesto
que tenemos raíces griegas, esto puede enriquecernos también.
En este texto voy a centrarme en un aspecto fundamental: el regreso a casa, el nóstos (νόστος).