«Por qué los tontos tan frecuentemente se
vuelven maliciosos.— A las objeciones del adversario que la mente no se
considera capaz de rebatir les replica el corazón difamando los motivos de
estas objeciones»,
Nietzsche, F., Humano, demasiado humano.
Nietzsche, F., Humano, demasiado humano.
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