En las cosas que pasan, no todo es responsabilidad nuestra. Hay cosas que dependen de lo que han hecho otros, o del azar, del carácter de los pueblos, de clima (que cambia) o del demonio meridiano.
Cuando lo que pasa no es bueno, la gente buena tiende a ser “autocrítica”
que es como ahora se llama a echarse la culpa.
Y algo de eso hay porque nadie ha hecho todo siempre bien.
Cuando lo que pasa sí es bueno, la gente buena tiende a
quitarse importancia, a menguar su responsabilidad en el resultado.
Y algo de eso hay porque nadie tiene totalmente el
control.
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