sábado, 2 de septiembre de 2023

Apertura y conocimiento

El mundo produce un efecto sobre nosotros. Nos afecta, lo sentimos agradable o molesto. Y en función de esos sentimientos, podemos acercarnos o alejarnos. Pero en ese movimiento importamos nosotros, no el mundo.

Podemos dirigirnos al mundo no desde la sensibilidad sino “para arrancarle sus secretos”, que diría Bacon. Pero en ese movimiento volvemos a estar en primer término, ahora para conocer.

 En ninguno de estos modos se produce lo específicamente humano: la apertura, dejar ser a las cosas (mundo y hombre), prestar oído atento y todo ello para cuidar.

Algo de esto le entiendo a Hölderlin, cuando dice:

«Quien se limite a aspirar el perfume de esta flor mía no llegará a conocerla, pero tampoco la conocerá quien la corte sólo para aprender de ella;

Wer blos an meiner Pflanze riecht, der kennt sie nicht, und wer sie pflükt, blos, um daran zu lernen, kennt sie auch nicht», Hölderlin, F., Hyperion oder Der Eremit in Griechenland, Vorrede.

No hay comentarios:

Publicar un comentario