El entorno familiar intenta ayudar y orientar a los hijos. Transmite a sus miembros lo que han aprendido de la vida. Y en eso consiste una buena formación (Wohlerzogenen), transmitida con cariño y la mejor de las intenciones.
El
contexto y la tradición ayudan pero no es menos cierto que para movernos por la
vida tenemos que tomar nuestras decisiones y lo que Freud llama “matar al padre”,
rechazar la tradición recibida, facilita paradójicamente el error vital.
Algo de
esto le entiendo a Hesse cuando dice:
«Era
asunto mío arreglármelas y encontrar mi camino, y lo hice mal, como la mayoría
de las personas bien educadas;
Es war meine eigene Sache, mit mir fertig zu
werden und meinen Weg zu finden, und ich tat meine Sache schlecht, wie die
meisten Wohlerzogenen»,
Hesse,
H., Demian, 62
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