miércoles, 11 de octubre de 2017

Conquistar la propia sumisión

La sorprendente rebelión de las masas consiste en alzarse, sublevarse, amotinarse… para exigir que ...¡El Leviatán nos domine! El jolgorio máximo, vamos.

Algo de esto, pero mejor dicho, le entiendo a Ortega. Ahí lo dejo. Por si interesa:

«A esto lleva el intervencionismo del Estado: el pueblo se convierte en carne y pasta que alimentan el mero artefacto y máquina que es el Estado. El esqueleto se come la carne en torno a él. El andamio se hace propietario e inquilino de la casa».


Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.

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