Desde el comienzo de la
cultura occidental se ha distinguido entre la verdad y la opinión (Parménides
con extraordinario vigor). Y se ha indicado que mientras que la verdad es descubierta
por la razón, por lo que hay de común en el hombre; la opinión es subjetiva, particular,
cada uno tiene la suya.
Lograr que esas opiniones
sean más o menos aglutinadas, amalgamadas en lo que se denomina "opinión
pública" puede dar lugar al consenso (sobre todo cuando la opinión es inducida) pero seguimos
transitando la vía de la opinión, distinta del camino de la verdad. O algo de
esto le entendí a Parménides.
Y Ortega también aporta
un matiz de interés a este asunto. Ahí lo dejo. Por si interesa:
«la ley de la opinión
pública es la gravitación universal de la historia política. Sin ella, ni la
ciencia histórica sería posible. Por eso muy agudamente insinúa Hume que el
tema de la historia consiste en demostrar cómo la soberanía de la opinión
pública, lejos de ser una aspiración utópica, es lo que ha pesado siempre y a
toda hora en las sociedades humanas. Pues hasta quien pretende gobernar con los
jenízaros depende de la opinión de éstos y de la que tengan sobre éstos los
demás habitantes»,
Ortega y Gasset, La rebelión de las masas
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