Carecer de lazos,
desconocer los límites y no tener una meta a la encaminar los propios pasos es
lo propio del animal salvaje.
Si un hombre aspira a esa
condición, aspira a ser un no-hombre y todos los vientos le serán contrarios
porque carece de la inteligencia inconsciente, el instinto, que al animal le
sirve de guía.
Algo de esto le entiendo
a Ortega. Ahí lo dejo. Por si interesa:
«Librada a sí misma, cada
vida se queda en sí misma, vacía, sin tener qué hacer».
Ortega y Gasset, La rebelión de las masas
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