La libertad tiene
buena prensa, pero ¿sabemos realmente qué es?
En la Grecia clásica y en buena parte de las civilizaciones
antiguas, la libertad era entendida de un modo negativo. Significaba no ser
esclavo, no haber sido capturado ni vendido. No obstante, existe también una contrapartida
positiva: tener la capacidad de decidir por uno mismo. A diferencia del esclavo,
cuyo principio de acción es su amo, quien es libre tiene su principio de acción
en su interior.
Epicteto, que era
socialmente esclavo, cuestiona esa visión al señalar que siempre hay
condicionantes en nuestras acciones (ser esclavo o libre, griego o bárbaro,
sano o enfermo). Ser libre, entonces, no consiste en carecer de condicionantes,
sino en elegir cómo vamos a lidiar con las condiciones que nos han tocado.
La libertad,
por lo tanto, tiene que ver con elegir, con decidir. Tiene un sentido positivo,
constructivo. Me afirmo frente a mis circunstancias: las convierto en material
para la construcción de mi vida.
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