Alegrarse cuando las cosas van a nuestro gusto y entristecerse en caso contrario significa que las circunstancias externas son las que nos dominan. Y esa es nuestra debilidad.
Porque hace falta fortaleza interior para mirar las cosas de
otro modo.
Algo de esto le entiendo a Chesterton cuando dice que «cuando
amamos una cosa, su alegría es una razón para amarla, y su tristeza es una
razón para amarla más»,
Chesterton, Ortodoxia,
76.
No hay comentarios:
Publicar un comentario