jueves, 4 de julio de 2024

Deseo y sosiego

La estructura del hombre le impide contentarse con lo que es y lo que tiene. Nunca somos todo lo que podemos ser, siempre podemos ser más. Ahí nacen los deseos y la dificultad del sosiego.

Algo de esto le entiendo a Manzoni:

«Basta a menudo un deseo para quitarle la paz a un hombre; conque, imaginaos dos a la vez, uno en guerra con el otro;

Basta spesso una voglia, per non lasciar ben avere un uomo; pensate poi due alla volta, l’una in guerra coll’altra»,

Manzoni, Los novios, XVII.

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