Las llamadas “decisiones
en caliente” a veces yerran por precipitación, porque se dirigen a erradicar un
problema urgente. Y se pierde de vista el conjunto, el proyecto y la
ponderación de quien decide. Porque la tarea de corregir y enderezar es específicamente distinta de la tarea de crear y liderar.
Algo de esto dice Wilder,
si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:
«No puede uno menos de
deplorar una autoridad que se ha formado mediante reacción contra un ambiente
escandaloso; no tarda en adoptar un tono de censura y complacencia de sí mismo»,
Wilder, Los idus de marzo.
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