miércoles, 10 de enero de 2024

Conocimiento o rutina

Decía Aristóteles que el ansia de saber está inserto en la naturaleza humana; hoy habría dicho que está en su ADN. De modo que, si en algún hombre no se manifiesta, habría que hablar de una anomalía, una deformidad, en suma.

Algo de esto parece pasar hoy, si entiendo bien a Houellebecq cuando dice:

«El deseo de conocimiento es curioso… Muy poca gente lo siente, ¿sabe?, incluso entre los investigadores; la mayoría se conforman con hacer carrera, se desvían rápidamente hacia la administración; sin embargo, en la historia de la humanidad tiene una tremenda importancia»,

Houellebecq, Las partículas elementales, 269

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