Tolkien: el canto del mundo y la
fantasía como verdad
Saludar a alguien
diciendo: “Encantado de conocerle” o hablar de un “castillo encantado” no es
una coincidencia. Ocurre en todas las lenguas y expresa la idea de “estar en un
canto”
Y es que, en un sentido profundo, el mundo puede ser entendido como un canto. No en sentido decorativo o sentimental, sino como una estructura con armonía profunda, capaz de integrar incluso el caos, la disonancia o la ruptura. Esta imagen recorre el Silmarillion, donde la creación surge de una música original, y donde incluso la rebelión se convierte en parte de un plan más grande y más bello.
Esa intuición nos
lleva a una pregunta central: ¿Qué pasa con nuestra relación con el mundo,
cuando ya no somos capaces de verlo como canto, como relato, como misterio
compartido?
El desencantamiento
del mundo —en el sentido profundo al que se refiere Max Weber— no sólo ha
borrado símbolos, mitos y narraciones. Ese intento moderno de “salir del canto”
(eso es el des-encanto), ha provocado un desencanto interior: desarraigo,
tristeza cultural, exilio de uno mismo. Porque cuando el ser humano intenta
salirse del canto —como si pudiera vivir al margen del lenguaje, del mito, del
relato que lo sostiene, de la música en la que vivimos, existimos y somos— lo
que encuentra no es libertad, sino aislamiento.
Falta la música de
nuestra propia vida: no nos entendemos. Y esto tiene consecuencias. Eduardo
Segura lo expresa con claridad: hoy vivimos un analfabetismo existencial. No se
trata sólo de que la gente lea menos —que también—, sino de que falta un relato
interior que dé sentido. Falta una gramática simbólica que nos permita
comprendernos y comprender el mundo.
Por eso recuperar el
valor de los cuentos, de los mitos, de la palabra que nombra y da sentido, no
es un lujo ni una evasión: es una necesidad humana profunda. Y urgente.
Quien quiera vivir sin
símbolos, sin fantasía y sin relatos puede intentarlo. Pero, como advertía
Chesterton, se arriesga a acabar creyendo en cualquier cosa.
Estas reflexiones han
surgido —o madurado— al hilo de un reciente encuentro con Eduardo Segura,
grabado para el canal Tinta y Caos. Si quieres ver la conversación
completa en youtube:
Si prefieres oírlo, en
Spotify:
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