Leer tiene que ver con introducir en nuestro mundo algo
externo. Integrarlo en una unidad de sentido que es nuestra perspectiva: para
que la confirme o para que la zarandee; para que la fortalezca, en cualquier
caso.
Leer es, por eso, una actividad (no pasividad) y una
actividad individual porque cada uno es un mundo.
Algo de esto le entiendo a Gabriel Zaid. Y ahí lo dejo, por
si interesa:
«Lo que yo leo nunca es lo que tú lees. Aunque lleguemos a
compartir por completo una lectura, el centro de tu lectura está en ti, como el
de la mía está en mí», La lectura concreta, p. 55.
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