En la escritura que no es mero amontonamiento de palabras
hay un algo que se quiere decir y un estilo en el decir. El estilo es cuestión
de estudio y decantación, de técnica y gracia, en suma; pero lo que se ha de
decir, mejor si viene de las musas. Así, al final, todo es gracia.
Algo de esto
le entiendo a Gabriel Zaid:
«El que escribe se desdobla en el impulso ciego y el lector
crítico de su propio impulso», Poemas fallidos, en Leer, p. 99.
No hay comentarios:
Publicar un comentario