La vida es dinamismo, tensión por alcanzar objetivos valiosos, sueños.
Eso sí,
quien es realista nutre su vida de posibilidades reales y su fortalece su vida con
la ilusión, con sus sueños. Pero quien es un iluso, destruye su vida con sus
sueños insustanciales.
El
sueño no es suficiente. O eso le entiendo a Miller cuando hace decir a un
personaje respecto a su pobre viajante que
«sus
sueños estaban equivocados. Completamente equivocados»,
Miller,
Muerte de un viajante, Acto II, 168
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