El suicidio del pensamiento
A propósito de
Chesterton, Ortodoxia, 3
Manuel Ballester
La
tesis que Chesterton va construyendo capítulo a capítulo en Ortodoxia es que hay una realidad, un
mundo, que es maravillosa, que contiene lo que es más que suficiente para que
los hombres vivamos dichosamente. Porque el cosmos ha sido puesto para disfrute
del hombre (y no al revés, como afirma la reciente ecolatría en sus diversas formas y nombres).
El
hombre, nosotros, ha sido creado para disfrutar. Anhelamos lo que los griegos
llaman eudaimonía, es decir, vida
plena, vida a lo grande o vida buena (a condición de no confundir la buena vida
con la vida buena, claro).
Y esto no
es una opinión entre otras igualmente válidas o vaya usted a saber porque si
vale todo, nada vale. Y nadie plantea sensatamente una tesis diciendo que a lo
mejor no es verdad y que quizá la opuesta valga tanto como lo que él sostiene.
No: cuando una persona lúcida, sensata, afirma algo es porque piensa que eso es
así, realmente así, verdaderamente así.