en todo instante tenemos
que elegir lo que vamos a hacer en el siguiente, y ello nos obliga, queramos o
no, a justificar el acto que elegimos ante nuestros propios ojos; es decir,
hallar que tiene sentido preferirlo a otro, a otro cualquiera en aquel instante
de nuestra vida. Por consiguiente, vida humana, que es —no sólo que debe ser—
justificación, es también inexorablemente e ineludiblemente responsabilidad.
Soy yo quien hago, llevo a pulso y en vilo, quiera o no, mi vida.
Jose Ortega y Gasset, El hombre y la gente.
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