Orwell señala que uno de los
rasgos de las sociedades modernas es proclamar ostentosamente lo contrario de
lo que se hace (como el ministerio de la Verdad, encargado de difundir mentiras
o el de la Paz, que organiza la guerra).
Y así anda la plaga progresista, a lomos de su óptima superioridad moral.
Algo de esto le entiendo
a Vargas Llosa. Y ahí lo dejo. Por si interesa:
«Uno de los rasgos de la poscultura es no creer en
el progreso, el eclipse de la idea según la cual la historia sigue una curva
ascendente, el predominio del Kulturpessimismus o nuevo realismo estoico»,
Mario Vargas Llosa, La civilización del espectáculo
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