Tomar el gusto del público como criterio de calidad genera ciertas paradojas.
Por ahí puede ir Zaid, si lo entiendo bien.
Y ahí lo dejo. Por si interesa:
«Abundan los buenos libros que no tienen nada que decirle al
gran público. En el otro extremo, hay libros lamentables que tienen públicos
masivos sin que por eso sean menos lamentables»,
Gabriel Zaid, Interrogantes
sobre la difusión del libro, 146.
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