Una cosa es la realidad y otra la apariencia. Los usos
sociales no pueden ser otra cosa que apariencia. Hay quien lo sabe. Y hay
también quien sólo lo intuye y siente desasosiego. Tímidos les llama Zaid:
«No faltan tímidos que se avergüenzan de estar en una cena de homenaje a un autor, por su reciente libro, sin haberlo leído. Pero la gente más mundana sabe que lo importante es el brindis, la alegría, el sentirse parte de una comunidad culta, las sabrosas ocurrencias y chismes de la celebración: lo que dice la fiesta, no lo que dice el libro», Zaid, Organizados para no leer, p. 122.
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