En el trato con la gente podemos centrarnos en lo que son y merecen o en lo que nosotros queremos ser.
En el primer caso reaccionamos ante lo que vemos en el otro; el otro es, por tanto, quien dirige nuestro comportamiento.
En la segunda posibilidad, somos nosotros quienes vamos forjando nuestra vida.
Algo de esto dice Hamlet, si lo entiendo bien:
«Dad a cada uno el trato que se merece, y ¿quién escapara de
una paliza? Tratadlos según vuestro propio honor y dignidad; y así, cuando
menos lo merezcan, tanto mayor mérito habrá en vuestra largueza;
use every man after his desert, and who should scape whipping.
Use them after your own honour and dignity: the less they deserve, the more merit is in your bounty»,
Hamlet, Act. II, Esc 2
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