jueves, 8 de junio de 2023

La pasión, el verso y lo que está pasando

 




La pasión, el verso y lo que está pasando

 

 

A propósito de J.A. Pellicer, 22 versos contra la ofensa y la humillación.

 

 

Manuel Ballester

 

Podría pensarse, hay quien lo hace, que el poeta es libre en su verso.

Juan Antonio Pellicer nos ofrece en 22 versos contra la ofensa y la humillación una serie de poemas que fueron motivados por lo que nos pasó en 2022. Quizá antes, quizá cuando nos adiestraron para aplaudir la sumisión. Pero fue en 2022 cuando ya casi todos veían, vivían y sentía la ofensa y la humillación. Presente y creciente, además.

El poeta, al que nihil humanum alienum est, puso su verso, libre, al servicio de la denuncia de la infamia. Y está bien, es digno pelear contra quien nos quiere envilecer y dominar. Está bien hacerlo con las armas que cada uno posee y en la posición que cada uno ocupa. El poeta, con su verso.

Pero, hay un pero, ponerse al servicio de algo ¿no significa deponer el estatuto de libre, no equivale a someterse, no es lo mismo que reconocer que hay causas mayores que nosotros mismos y nuestros versos? El libro comienza con la dedicatoria: a la esposa, a los amigos, a la patria. Como un brindis, como un reconocimiento de que vivo por ellos.

Porque el matemático sirve al arquitecto sin perder su fuerza y rigor. Y Virgilio, guía y modelo de poetas, guía a Dante, le sirve y acompaña para llevarlo a las más altas esferas. Y allí lo abandona, en brazos del amor che move il sole e l'altre stelle.

Dice Platón que el poeta es poseído por una theia mania, por una fuerza divina; por eso el poeta es vehículo de las Musas, servidor de la humanidad. Y por eso Platón expulsa de la comunidad bien compuesta a los malos poetas, a aquellos que en vez de mostrar la infamia y la salvación, nos entretienen con ingeniosidades que nos mantienen en la penumbra de la caverna.

Porque hay caverna, dice Platón, modelo y guía de pensadores. El poeta llega más lejos, la idea es de Rilke, el poeta llega más lejos pero no sabe dónde llega. Es el filósofo el que comprende y conceptualiza. Pero el poeta llega más lejos: siente la caverna y la llama soledad, “silencios impuestos”, sombra y ausencia, porque

«De la vida y de la sombra,

Siéntase el hombre dueño;

Regalo la una y verdad la otra

Que mañana -¿alguien lo ha pensado?-

… pueden no estar.»

Vida, silencios, sombras-don, verdad, posesión que se nos escurre como arena entre las manos; posesión pero no eternidad salvo, quizá, a veces, «en la eternidad/ de un presente». La vida acogiendo en su entraña la sombra, el silencio y la caverna estará pero quizá no estemos nosotros. Aquí, al menos. Y miraremos la vida, el silencio y la sombra desde otro horizonte.

Hay, es la condición humana, luz y sombra, silencio y griterío, rostros crispados y «manos abiertas», «quimeras y presencias», que de todo arrastra «el río de la vida».

La vida hunde las raíces para construir un tronco robusto, unas ramas colmadas de frutos y hojas. Pero la hoja, quizá, no lo sabe; no sabe que está viva ni, mucho menos, para qué vive. Hay gente, pensadores y poetas también, que son, vivieron y fueron como la hoja, «que no supo/ que nació para caer».

Lo que nos ha pasado y nos pasa es grave. Los griegos llamaban pathos (πάθος) a lo que nos pasa y nos hace padecer, al sufrimiento que nos hiere, nos marca, nos hace responder apasionadamente, con pasión. Lo que nos pasa, a algunos los somete: así son las cosas, son los tiempos que nos ha tocado aplaudir.

Pellicer escribe desde la pasión. Invita a no someterse, a ver las correctas dimensiones de la realidad. Para eso hay que

«Abrir los ojos

tras los silencios

de la inquietante soledad

[…]

Abrir los ojos…

Ahora es tiempo».

Es lo que toca. Abrir los ojos, tomar conciencia de que los tiempos son los que nos ha tocado vivir pero no para dejarnos llevar a donde quieren llevarnos, sino para pelear.

Si ahora abrimos los ojos, aún es tiempo, aún cabe el amor, aún nos apasionará la esperanza.

 

*      *          *

Además de los versos, tras el prólogo de la escritora e ilustradora Carmen Salvá, la obra incluye una nota del autor en prosa. Piensa Pellicer que «la fotografía es el vestido que el elije el fotógrafo para darle forma a los versos», por eso completa la obra con una serie de magníficas fotografías alusivas a los respectivos poemas. La última página recoge una serie de enlaces que permiten oír al propio poeta recrear sus versos.


Publicado en Letras de Parnaso, Año VIII (II Etapa), Junio 2023, nº 80, pp. 52-53.
Formato pdf:

http://www.los4murosdejpellicer.com/EdicionesyPortadasPD/Edicion%2080%C2%A9.pdf

Formato libro:

https://www.calameo.com/read/000552592fe0f54a07f2c

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