Lo que somos y el lugar que ocupamos en la vida, al margen de que lo hayamos elegido o no, nos obliga a elegir entre lo que nos hace grande y dignos o lo contrario.
En ambos casos, libertad significa obedecer a uno de los posibles cursos de acción: lo que es nuestro deber y nos engrandece o lo que nos degrada.
Por eso Manzoni dice lo que dice:
«Habéis obedecido a la iniquidad, descuidado lo que el deber
os prescribía;
Avete ubbidito all’iniquità, non curando
ciò che il dovere vi prescriveva»,
Manzoni, Los novios, XXVI, 464.
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