Se dice a veces que hay que disfrutar el momento, sacarle todo el partido posible a las cosas. Es un objetivo que cualquier animal suscribiría, claro. Se trata de sobrevivir un día más y del modo más placentero posible. En términos económicos podríamos denominarlo “consumo”.
Cuando nuestro horizonte es vivir una vida plena, que incluye el futuro (es decir, nuestros hijos), entonces la supervivencia
y el consumo siguen siendo necesarios, pero nuestro objetivo no acaba en
nosotros. A esto se le podría denominar “ahorro”.
Algo de esto le entiendo a Manzoni:
«el dinero gusta a quien lo necesita; mas no será éste el
que lo engorde;
i danari fanno piacere a chi n’ha bisogno; ma
questi non sarannoquelli che lo faranno ingrassare»,
Manzoni, A., Los novios (I promessi sposi),
XXVI, 476.
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