Nos gusta pensar que estamos dotados de interioridad, ingenio, chispa, creatividad. Y algo de eso hay en todos los hombres.
Pero lo
que vemos como una gracia, un don (“estamos dotados”), puede verse también como una meta,
como una tarea o misión. Y hay un requisito: entenderse a sí mismo como don y tarea, con
seriedad y alegría, que esa es nuestra vida.
Algo de
esto le entiendo a Hesse cuando dice:
« Si no
puedes encontrarte a ti mismo, entonces no encontrarás espíritu;
Wenn du dich selber nicht finden kannst, dann
wirst du auch keine Geister finden, glaube ich»,
Hesse,
H. Demian, 145
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