El pasado, lo que ya ha ocurrido (en las vidas individuales y en la sociedad en general) señala una orientación, unas inercias. Condicionan el futuro, pero no lo determinan. Hay libertad, hay opciones.
Algo de
esto le entiendo a Hesse cuando dice:
«Que
nuestro mundo está corrupto, ya lo sabemos; esto no sería un motivo suficiente
para profetizarle su destrucción o algo parecido,
Daß unsre Welt recht faul ist, wissen wir,
das wäre noch kein Grund, ihren Untergang oder dergleichezu prophezeien»,
Hesse,
H., Demian, 191
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