Según cuentan, cuando
Dios pensó que convenía que hubiera transparencia dijo: "Hágase la
luz". Y la luz se hizo. Así de fácil. Luego hizo al hombre a su imagen y
semejanza.
Y los políticos, hombres
de fe, pretenden que esa semejanza es identidad cuando perciben un problema y
dicen: "Hágase una ley". Así de fácil: que los chiquillos la montan
parda, Decreto de convivencia; que no les da la gana estudiar, Orden de
refuerzo curricular; que se ponen obesos como focas, Programa alimentario
salutífero. Y así ad nauseam.
Da miedo señalarles
problemas: te responden sonrientes y raudos con más normas, más burocracia. Y
eso es un problema. Un nuevo problema que añadir a los de antes.
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