«El espíritu no está obligado a creer en la existencia de
nada (subjetivismo, idealismo absoluto, solipsismo, escepticismo: véanse las
Upanishad, los taoístas y Platón, los cuales se valen, todos, de esa actitud
filosófica a título de purificación). Por esa razón el único órgano de contacto
con la existencia es la aceptación, el amor. Por esta razón, belleza y realidad
son idénticas. Por esa razón, el gozo y la sensación de realidad son idénticos»,
Simone Weil, La
gravedad y la gracia.
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