Se lee en Aristóteles que
la cuestión de cómo vivir una vida plena (eudaimonía),
plenamente humana, tiene que ver con lo que el hombre puede hacer para lograrla
(el prakton agathon). No con lo que
nos pase: que nos toque la lotería (vieja aspiración española, si hemos de
creer a Unamuno), una ínsula (como la que otorga Cervantes a Sancho Panza) o
cualquier canonjía.
Y algo de esto le
entiendo también a Ortega. Ahí lo dejo. Por si interesa:
«Nada importante es
regalado al hombre; antes bien, tiene él que hacérselo, que construirlo. Por
eso, el título más claro de nuestra especie es ser homo faber»,
Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.
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