De la época escolar
retenemos la obviedad de que quien aspira al 10 no siempre lo consigue, pero se
queda cerca. Quien aspira al 5 no siempre lo consigue y, por eso, con
frecuencia suspende.
Algo así ocurre en la vida.
La moral, la tensión por
conseguir realizar nuestra mejor posibilidad, significa poner una meta noble a
nuestro esfuerzo, concebir nuestra vida como una tendencia a algo elevado.
En la vida, como en los
estudios, también los hay que no aspiran nada más que a que termine el curso con
las menores preocupaciones posibles.
Quizá por eso Ortega dice
lo que dice. Ahí lo dejo. Por si interesa:
«El hombre-masa carece
simplemente de moral, que es siempre, por esencia, sentimiento de sumisión a
algo, conciencia de servicio y obligación»,
Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.
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