lunes, 13 de noviembre de 2017

La ciencia y los científicos

Hay un mecanismo mediante el cual se desvían energías de un ámbito a otro. De un ámbito de mayor dificultad a otro más confortable, obviamente. De él habla Nietzsche. Freud lo llama sublimación de la líbido.
Es lo que hace el estudiante que se distrae en sus sueños o es capaz de desplegar empeño y eficacia para ordenar su habitación y toda la casa antes de enfrentarse a su tarea más importante; y nadie negará que está bien ordenar la habitación aunque estaría mejor si hubiese realizado su trabajo.

Algo de esto le entiendo a Ortega. Ahí lo dejo. Por si interesa:

«la mayor parte de los hombres de ciencia se han dedicado a ella por terror a enfrentarse con su vida. No son cabezas claras; de aquí su notoria torpeza ante cualquier situación concreta»,
Ortega y Gasset, La rebelión de las masas

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