A veces hay enemigos
externos en nuestras puertas; pero siempre hay uno dentro de ellas: la
invisible y maligna inercia que presagia más destrucción de nuestras vidas y de
nuestro futuro que cualquier misil nuclear. No hay tragedia más oscura y
devastadora que la muerte de la fe de los hombres en sí mismos y en su poder
para dirigir su futuro.
Alinsky, Tratado
para radicales
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