Hay quienes actúan y (se)
gobiernan pendientes de qué dicen los demás. Es un modo de dar poder sobre
nosotros al adversario, de considerar que su juicio es mejor que el nuestro,
que su valoración es más adecuada. Es, en definitiva, una de tantas maneras de
escenificar que son unos perdedores.
La razón la da Alinsky,
si lo entiendo bien:
«cualquier medio eficaz
es automáticamente juzgado como inmoral por la oposición».
Alinsky, Tratado para radicales
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