La vida. A veces vienen
las cosas bien dadas, pero no siempre. A veces incluso llevamos el timón de nuestra
existencia.
En cualquier caso, parece
prevalecer la idea de que las cosas pueden ir a mejor, de que podemos enderezar
el rumbo… mientras quede tiempo.
Pero hay un instante en
el que ya no hay tiempo. Y eso es imponente: temor y temblor, que diría
Kierkegaard.
Algo de esto le entiendo a
Cervantes. Y ahí lo dejo. Por si interesa:
«la figura de la muerte,
en cualquier traje que venga, es espantosa»,
Miguel de Cervantes, Los trabajos de Persiles y Sigismunda.
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