sábado, 21 de abril de 2018

El ridículo como estrategia

Sentir y que nos hagan sentir que hemos caído en una mala situación que nos aleja del sentir común (ese cálido rebaño de referencia) provoca una sensación de aislamiento y de hundimiento difícil de superar.
Se interioriza el menosprecio: nos valoramos por debajo de nuestras posibilidades y, en vez de trabajar por mejorar desde ahí mismo, nos dejamos hundir.
No todos, claro. Pero quien trata de influir en las masas sabe que es un mecanismo muy eficaz.

Algo de esto le entiendo a Alinsky. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«el ridículo es el arma más poderosa del hombre. Es casi imposible contra-atacar el ridículo. El ridículo también enfurece a la oposición, reacción que os beneficia»,

Alinsky, Tratado para radicales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario