Podemos preparar el ánimo
ante lo que esperamos: con esperanza o temor. Tiene su lógica.
Pero no sería lógico olvidar
que mientras la vida sigue todo puede cambiar en un instante. Porque en un
instante lo que nos parecía insignificante puede volverse esencial; y desechar lo
que nos parecía importante.
Incluso ocurre que lo que era imposible se realiza
y se vuelve rutina.
Algo de esto le entiendo
a Alinsky. Y ahí lo dejo. Por si interesa:
«La vida es la expectativa de lo inesperado; las cosas
por las que te preocupas rara vez suceden»,
Alinsky, Tratado
para radicales.
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