A veces sentimos que
estar vivo es sinónimo de dinamismo, renovación… Vita in motu, decían los
clásicos; la vida es pro-yecto, futuro, ilusión…
Otras veces nos
encontramos satisfechos controlando las rutinas y sin ganas de “movidas”.
En fin, ahí andamos, entre el temor y el anhelo del porvenir.
Quizá por eso Alinsky dice lo que dice. Y ahí lo dejo. Por si interesa:
«El miedo al cambio es [...] uno de nuestros mayores miedos. Una idea nueva debe estar como mínimo
expresada con el lenguaje de las ideas pasadas, y a menudo deberá ser diluida
inicialmente en los vestigios del pasado»,
Alinsky, Tratado para radicales.
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