Hay comportamientos tan aberrantes que nos parece que sus autores son monstruos, no humanos.
Hay comportamientos tan admirables que nos parece que sus autores son divinos, no humanos.
Y no. La libertad humana abarca todo.
Algo de esto le entiendo a Hölderlin cuando dice que
«Nada puede crecer y nada puede hundirse tan profundamente
como el hombre, 67.
Es kann nichts wachsen und nichts so tief vergehen, wie der Mensch»,
Hölderlin, F., Hyperion oder Der Eremit in Griechenland, 74.
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