viernes, 2 de febrero de 2018

Cuando se espera el escándalo


Nuestras expectativas condicionan notablemente nuestra valoración y comprensión de la realidad. La misma calificación es valorada de un modo muy diferente por alumnos con elevadas o bajas expectativas, y así con todo.
Burlar lo que otros esperan, desconcertarlos, sorprenderlos y, en una palabra, escandalizarlos sólo puede hacerse haciendo algo insólito. Pero cuando lo que se espera es la provocación, ya no sorprende y se aplaude (o se repele, tanto da) que el personaje haga bien su papel.
El artista que procede así es un actor, un ejecutante más o menos habilidoso, más o menos gracioso. Pero no es un creador, alguien que zarandea los “lugares comunes” provocando la reflexión, la mejora…

Algo de esto dice Vargas Llosa, si lo entiendo bien. Y ahí lo dejo. Por si interesa:

«En nuestros días, en que lo que se espera de los artistas no es el talento, ni la destreza, sino la pose y el escándalo, sus atrevimientos no son más que las máscaras de un nuevo conformismo»,
Mario Vargas Llosa, La civilización del espectáculo

No hay comentarios:

Publicar un comentario