Estar en la vida disfrutando de lo bueno que nos llega, con actitud agradecida, puede parecer pueril. Pero los niños son felices.
Controlar y apropiarse de cosas útiles puede ser signo de
madurez. Pero, si hemos de creer a Shakespeare: «los que cuentan sus tesoros
son simplemente unos pordioseros; They are but beggars that can count their
worth»,
Shakespeare, Romeo y Julieta, Acto II, Escena 6.
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