viernes, 16 de diciembre de 2022

Ofender con talento

Si se ofende a alguien involuntariamente, cabe la disculpa o, más difícil, el perdón.

Pero también puede perjudicarse a alguien voluntariamente, siguiendo el propio interés frente a las aspiraciones del ofendido. Esta perspectiva no admite cualquier tipo de daño. Porque se trata del juego del poder y, por tanto, hay que imponerse de modo que el otro ni pueda ni intente devolver el golpe.

Algo de esto le entiendo a Maquiavelo cuando dice que los hombres «se vengan de las pequeñas ofensas, de las grandes no pueden: así que la ofensa que se haga a un hombre debe ser hecha de tal manera que no dé lugar a venganza;

[Gl’uomini] si vindicano delle leggieri offese, delle gravi non possono; sì che la offesa che si fa all’uomo debe essere in modo che la non tema la vendetta», Maquiavelo, El príncipe, Cap. III, pp. 20-23.


No hay comentarios:

Publicar un comentario