El poder tiene sus exigencias. Para imponerse requiere gente sumisa, sometida. O, lo que es lo mismo, y por decirlo con Maquiavelo: quien conquista una sociedad…
«quien se convierte en señor de una ciudad acostumbrada a vivir libre y no la deshace, que espere a ser deshecho por ella;
Cho diviene patrone di
una città consueta a vivere libera, è non la disfaccia, aspetti di essere disfatto da quella», Maquiavelo, El
príncipe, Cap V, pp. 48-49.
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